Se ensaya la distinción entre dos polos de un continuum, como son guerra y paz, recopilando, traduciendo y analizando sus definiciones a lo largo de los siglos XIX, XX y XXI, tomando como fuente principal de información la Encyclopædia Britannica en sus ediciones de 1815, 1823, 1878, 1910, 1945, 1973, 2006. A diferencia de guerra, paz no será citada en todas las anualidades, y la propia conceptualización de guerra oscilará en las ediciones muestreadas. En general, el interés del trabajo reside en la traducción de la teoría política a la experiencia empírica de lo social.
Sara Mandiá Rubal / @mandia_rub
Introducción al problema de investigación
Los primeros intentos de enfrentarse desde una perspectiva científica a la problemática de la paz, se sitúan en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, en los Estados Unidos de América (Harto de Vera, 2016). Su antónimo, la guerra, es sin embargo conocida y descrita en los textos antiguos. Todavía ahora, como veremos, se describe y analiza con notable mayor detalle la guerra, que la paz. Un dato curioso: en la Wikipedia, paz tiene entrada en 143 idiomas y guerra en 167.
Maquiavelo (1532) destina el Capítulo XIV de El Príncipe al arte de la guerra. En él, aconseja al príncipe que no pretenda otro objeto, otro pensamiento, ni cultivar otro arte, más que el de la contienda: el único que se espera de aquel que manda. Para Maquiavelo (1532) la paz es una estación efímera en la que, lejos de permanecer ocioso, el gobernante debe conformar un copioso caudal de recursos que pueda aprovechar ante la adversidad, para resistir a ella.
Para Hobbes (1651), el estado de naturaleza del hombre es un estado de guerra. La guerra motiva la paz en tanto que es la posibilidad de una guerra civil permanente, la que hace creer a los hombres en la necesidad de un bien común, un ente superior que los organice y distribuya, asegurando la paz entre ellos. Es, como veremos, lo que se adelanta a la paz negativa.
Carl Schmitt (1927) entendía lo político como un conflicto permanente entre amigos y enemigos. Por su parte, Karl Marx (1877) compartía con Schmitt la idea de conflictos inevitables que, en cierto modo, operarían como motores de la historia. El concepto schmittiano de lo político, como conflicto entre facciones, llevó al autor a hablar de guerras justas, y, aunque no era un concepto nuevo en teoría política, si se establece en Schmitt (1927) una distinción interesante entre hostis y enemicus. El primero de estos conceptos representa al enemigo público determinado por el Estado, con características compartidas; y el segundo la enemistad, casi personal, en una distinción diametralmente opuesta por la que la pervivencia de uno amenaza la forma de vida del otro. Mouffe (2000) añadirá un nuevo matiz a estos conceptos cuando habla de adversarios, estableciendo una dicotomía del enfrentamiento, que sí permite llegar a acuerdos.
Los contractualistas, Hobbes (1651), Locke (1689), Rousseau (1762), Montesquieu (1748), soslayan el enfrentamiento ordinario del estado natural con el contrato social, por el cual el individuo ―anterior al Estado―, cede a este parte de sus libertades naturales en favor de un consenso contractual que permita al segundo legislar para la mayoría, poniendo orden y protección a los intereses individuales legítimamente alcanzados.
En época reciente, Johan Galtung (1969) pormenoriza en el moderno concepto de paz, y en la distinción entre paz negativa y paz positiva. Situando a la primera como la ausencia de conflicto, y a la segunda ―en una conceptualización más exigente― como un patrón de cooperación e integración entre los principales grupos humanos. La realidad aterriza la teoría con el concepto de paz imperfecta, por el cual se admite que, si bien es ilimitado el horror en la guerra, no lo es la generosidad en la tierra.
Veamos a continuación cómo los conceptos de paz y guerra se han plasmado en la Encyclopædia Britannica y su impacto en la teoría política y la realidad social.
El método
Las enciclopedias y los diccionarios, sobre todo cuando son de carácter generalista, operan como reflejo del sentir de una época. Definen aquello que interesa con los cánones coetáneos al lector objetivo.
Como se ha señalado, en este trabajo se ensaya la distinción entre dos polos de un continuum, como son guerra y paz. Para ello se recopilan, traducen y analizan las definiciones de ambos conceptos a lo largo de tres siglos, XIX, XX, XXI, en las distintas ediciones de la Encyclopædia Britannica.
La Britannica, es un material bibliográfico de conocimiento general que destaca por su antigüedad y prestigio. En estas dos circunstancias reside su interés: por un lado, se constituye como la enciclopedia en inglés más antigua todavía en edición; y por otro, como la más erudita, con una centena de editores a tiempo completo y la colaboración de más de 4000 expertos, entre los que se cuentan presidentes de gobierno y Premios Nobel.
La Encyclopædia Britannica se actualiza hoy sobre su 15 edición, y ronda una extensión equivalente a 32 volúmenes en papel.
Para la recuperación de las definiciones estudiadas se consultaron repositorios institucionales de otros países y catálogos de biblioteca de Universidades españolas. Así, la edición de 1815 se extrae de los fondos digitalizados de la Biblioteca Nacional de Escocia, como también la edición de 1823. El buscador de la Universidad Complutense de Madrid proporciona digitalizados los materiales correspondientes a la edición de 1878. La Universidad de Málaga posee las definiciones de 1910 y la Universidad de Loyola las acepciones de 1945. Asimismo, la Universidad de Deusto contiene las definiciones de 1973; y la Universidade da Coruña, el último año muestreado, 2006 ―una 15ªed. que todavía se reimprime―.
Paz
A diferencia de la guerra, la paz no ha sido citada en todas las anualidades. En las primeras ediciones ―1815 y 1823―, el significante de paz alude a un célebre templo romano destruido por el fuego en 191 d.C., dónde los eruditos solían celebrar sus asambleas y albergar sus escritos, mientras otros muchos depositaban sus joyas y todo lo que consideraban de valor, incluido las especias.

En la edición de 1878 la palabra paz no aparece.
En la edición de 1910, ante la devastación provocada por las nuevas armas y las tácticas de guerra ensayadas en las contiendas napoleónicas, el significado de paz emerge como antónimo de guerra.
De la definición de 1910 interesan varios ítems: a) su extensión, notablemente mayor a la de ediciones anteriores; b) que sitúe a la paz como lo opuesto de guerra, la entidad y durabilidad de la paz será mayor si tiene un papel específico en la geopolítica internacional; c) que la paz sea lo deseable y la guerra el último paso de una negociación frustrada; d) la búsqueda de la armonía interna en los Estados, plasmada en la no imposición del idioma, por ejemplo, relevante si entendemos el periodo previo a la Primera Guerra Mundial como marcado por el reparto del territorio planetario entre un puñado de superpotencias; e) y, en general, la descripción tan exhaustiva que se realiza de las nacientes iniciativas de paz[1].
En la edición de 1945, la siguiente estudiada tras la de 1910, el término paz ya no responde por sí sólo. Recordemos que nos situamos en un periodo de entre guerras, concretamente entre la Primera y la Segunda Gran Guerra, y la Britannica va a definir la paz desde la internacionalidad.
De esta acepción llaman la atención dos elementos: se excluyen como problemas a resolver por la paz los conflictos internos, entendido que el nudo es de alcance internacional; y, por otro lado, es una definición de paz condicionada por la guerra, por la posibilidad de entrar en guerra, cuestión mucho más marcada que en la definición de 1910. Además, es un concepto de paz fuertemente judicializado y arbitrado por los tribunales, con causas y consecuencias legales.
Esta concepción de la paz, de 1945, se repite en la edición de 1973, cuando ya ambas contiendas mundiales han pasado y el mundo mira hacia Estados Unidos y la URSS, que mantienen entre sí el conflicto soterrado conocido como la Guerra Fría. En 1973, la situación es otra, pero se mantiene la tensión entre polos y el campo de batalla humea con guerras civiles abiertas en países adyacentes.
En 2006 ―edición, de las analizadas, la más cercana a nuestros días― la Britannica no define el concepto paz. Podría entenderse que el enfoque de esta fuente secundaria de información es más práctico, y que el concepto de guerra se define desde un punto de vista meramente material. En este sentido, la paz es percibida como inmaterial, en un sentir filosófico que escapa al objeto de una enciclopedia generalista.
[1] La Britannica pone como ejemplo más antiguo conocido por la historia, al Consejo Anfictiónico o Amphictyonic Council. Organismo que gobernaba una antigua liga formada por los pueblos vecinos de Delfos, encargada de administrar el oráculo y juzgar los delitos cometidos contra él, o en sus territorios.
Cita también a la Conferencia de Paz de La Haya que, reunida en 1899 por iniciativa del zar Nicolás II, supuso el comienzo de una nueva fase en la historia moderna del arbitraje internacional, gracias a su firme determinación de cooperar en el mantenimiento de una paz general.
El Concierto de Europa, o Concert of Europe (1815-1914), al que la Britannica sitúa como central en la contraposición de equilibrios de poder entre las grandes potencias —elemento fundamental en la preservación de la paz—.
En asuntos de interés general, recuerda esta fuente de información secundaria, la Conferencia de África Occidental celebrada en Berlín en 1885, la Liga contra la Esclavitud o Anti-Slavery International Supporter Conference de Bruselas (1889-1890), o la Conferencia de Algeciras de 1906 cuyo objetivo era la resolución de la Primera Crisis Marroquí que enfrentaba a Francia y Alemania.
Guerra
Respecto al término guerra, lo primero que cabe destacar, en contraposición a paz, es que siempre aparece en la Encyclopædia Britannica, y además de forma extensa. La definición del término en las ediciones de 1815, 1823 y 1878, se puede aglutinar en la edición de 1910, porque las variaciones son mínimas, y en todo caso, en 1910, se amplía información respecto a los conceptos descritos en las ediciones anteriores.

Esta noción de guerra, por veces reiterativa, se centra en la contienda más que en el conflicto que la motiva. No ocurrirá lo mismo con definiciones posteriores, que se preocuparán casi más por el porqué del hecho, que del hecho bélico mismo.
Así pues, interesa a los editores: a) los conceptos de ejército, táctica y estrategia para explicar la guerra; b) el periodo napoleónico para ilustrar los cambios desde las formas clásicas de guerra a la contemporaneidad. Con el general bonapartista nace la guerra moderna o guerra total, contiendas bélicas más cruentas en recursos humanos, más costosa en recursos económicos, y fuertemente guiadas por la planificación y la estrategia en despachos.
En la definición se habla de las guerras futuras y, casi como una premonición de lo que serán la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Britannica centran su atención en el abastecimiento de las tropas, las mejoras armamentísticas, la rapidez para la devastación, y el gasto en recursos humanos y materiales. Desde este punto de vista, la posibilidad de la guerra es lo que motiva la paz, y aunque no exista el concepto paz en alguna de las ediciones muestreadas, siempre se contempla en el concepto guerra: a veces como armisticio; a veces como situación ideal; a veces como posibilidad institucional de una modernidad racional.
En las definiciones de 1945 y 1973 destaca la tipificación de los conflictos armados posibles; el concepto de neutralidad y el sentido de la guerra justa; los costos económicos y en vidas humanas; el desarrollo armamentístico y la capacidad de destrucción asociada a la guerra moderna; y, colateralmente, los beneficios que una guerra puede acarrear a la economía de un Estado. Esta nueva forma de entender la guerra está fuertemente influida por lo acontecido en las dos Guerras Mundiales y la posterior tensión entre polos ―capitalismo versus comunismo―.
A la par que se desarrolla científica y tecnológicamente la capacidad destructora de los Estados, se ve la necesidad de alcanzar acuerdos y evitar, en lo posible, el estallido de nuevas contiendas bélicas. Al punto de estar más presente la paz en el concepto de guerra, que, al contrario. Esto lo vemos a lo largo de toda la muestra temporal.
La definición de 2006 de guerra es más concreta y acotada que las precedentes. Esta contempla todos los elementos que no siempre se tratan en las definiciones anteriores. La guerra se define aquí como un estado de conflicto, generalmente armado, entre dos o más entidades, de carácter violento, que puede ser internacional o nacional, entre facciones políticas rivales, en forma de guerra civil, o contra un enemigo externo.
En suma, la guerra siempre ha estado, la paz es una modernidad. Una modernidad impuesta. Conocedores de la necesidad de llegar a acuerdos, aun cuando la solución no colme nuestras preferencias en el juego, la paz es vista en occidente como un inmaterial poderoso, todavía por acotar. A diferencia de guerra, cuya descripción poco dista de las realizadas en el pasado.
Bibliografía
Encyclopædia Britannica. [S.l.]: Encyclopædia Britannica Inc., 1768 – (actualidad).
Galtung, Johan (1969). “Violencia, Paz e Investigación sobre la paz”. En Investigaciones teóricas. Sociedad y cultura contemporáneas. Madrid: Tecnos, 1995. ISBN 9788430927777.
Harto de Vera, Fernando (2016). “La construcción del concepto de paz: paz negativa, paz positiva y paz imperfecta”. Cuadernos de estrategia, n. 183, pp. 119-146.
Hobbes, Thomas (1651). Leviatán. Madrid: Alianza Editorial, 2018. ISBN 978-84-9181-141-1.
Locke, John (1689). Dos ensayos sobre el gobierno civil. Madrid: Espasa Calpe, 1991.
Maquiavelo, Nicolás (1532). El príncipe. [Madrid]: Espasa, 2003. ISBN 978-84-2397-215-9.
Marx, Karl (1877). El Capital. [Coruña]: Editors, 2008. ISBN: 978-84-4590-745-0.
Montesquieu (1748). El espíritu de las leyes. Madrid: Anaya, 2015. ISBN 978-84-9104-021-7.
Mouffe, Chantal (2000). La paradoja democrática. Barcelona: Editorial Gedisa, 2003. ISBN 978-84-1657-235-9.
Rousseau, Jean-Jacques (1762). El contrato social. Madrid: Akal, 2004. ISBN 978-84-7090-469-1.
Schmitt, Carl (1927). El concepto de lo político. Madrid: Alianza Editorial, 2014. ISBN 978-84-2068-383-6.
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