A FONDO: Venezuela enfrenta grandes desafíos en materia económica y seguridad ciudadana. Nicolás Maduro tendrá que hacer frente a esos desafíos.
Ana María Gutiérrez Ibacache

La inseguridad ciudadana, aunado al alto índice de inflación y a la dependencia económica en el petróleo, son algunos de los desafíos que deberá afrontar Nicolás Maduro como nuevo presidente de Venezuela. El hecho de que represente la continuidad chavista pone en entredicho su capacidad para lograr un éxito en estos asuntos, sin embargo, los positivos índices que dejó el Gobierno de Chávez en cuanto a distribución de la riqueza y alfabetismo, dan una esperanza a los millones de electores que optaron por él.
Así arranca el Gobierno de Nicolás Maduro
Tras catorce años de gobierno, los más beneficiados por la riqueza petrolera fueron los pobres a través de los diversos programas sociales, mucho más de lo que hicieron por ellos los gobiernos que antecedieron al chavismo, su gestión «se tradujo en una mejora sensible y muy rápida de indicadores sociales como la pobreza, la indigencia, el desempleo y la mortalidad infantil que experimentaron un vuelco drástico». La desigualdad económica –como se puede ver en el gráfico 1- fue disminuyendo gradualmente y con ello el país ostenta la distribución de la riqueza más equitativa de Latinoamérica, según el coeficiente de Gini[1].

De acuerdo a los datos proporcionados por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el índice de pobreza se encontraba en 1997 en un 48% para disminuir a un 27% en el 2010. La indigencia también presenta una disminución durante el período de gobierno de Chávez. En 1997 registraba 20,5% mientras que el 2011 disminuyó a un 11,7% (gráfico 2). Sin embargo, estos índices de política social son cuestionados desde sectores opositores que -aludiendo a la corrupción e ineficacia en la gestión de los recursos- afirman que ha habido un alza en los indicadores de pobreza e indigencia en los últimos años.

El ingreso de los trabajadores al mercado laboral se ha incrementado, los productos para el consumo familiar han sido subvencionados para llegar a sectores sociales excluidos, y que la riqueza nacional en general hoy se distribuye de una manera más igualitaria que en la mayoría de los países de la región. Organizaciones de carácter internacional como la ONU, PNUD, CEPAL y FMI, entre otros han avalado los avances de Venezuela en materia social. Los programas gubernamentales –específicamente las misiones bolivarianas[2]– han aumentado la tasa de alfabetización hasta el 98,5% y la de matrícula hasta el 92,7%, en la enseñanza primaria, y el 72,8% en las escuelas secundarias. La posición del país (recuadro1) en el Índice de Desarrollo Humano –que se refiere al nivel de la calidad de vida de las personas de un país- ha mejorado de manera considerable en la última década, a partir de un valor de IDH de 0,662 en el 2000 a 0,748 en el 2012.
Recuadro 1: Índice de Desarrollo Humano de Venezuela

Los desafíos del nuevo gobierno
A pesar de estos avances, el nuevo líder venezolano deberá hacerse responsable de aquellos temas que se encuentran pendientes y que son el centro de cuestionamientos por parte de la ciudadanía. Los problemas que aquejan al país se relacionan principalmente con una economía nacional débil, inflación elevada, una de las tasas de homicidios más altas del mundo con efectos devastadores en la seguridad ciudadana, escasez de artículos de primera necesidad y cortes de electricidad.
La estabilidad política
Uno de los primeros desafíos a los que se enfrenta el presidente electo será mantener la estabilidad política y social del país, toda vez que el deceso de Chávez marca un punto crítico en cuanto al liderazgo político que sea capaz de ejercer el nuevo mandatario. Venezuela se encuentra polarizada entre quienes están a favor de Chávez y quienes están en contra. Nicolás Maduro tendrá la difícil tarea de mantener el chavismo unido ante la amenaza de otras figuras que lo dividan, incluso dentro de sus filas, como el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, que podrían atentar contra el nuevo gobierno y el proyecto político legado por el difunto presidente.
La economía: petróleo, inflación y deuda externa
La economía venezolana, al igual que otras economías latinoamericanas, se sustenta en materias primas. El modelo chavista no pudo superar la dependencia estructural de su economía sobre la renta petrolera. A pesar de haber modificado de raíz el carácter social de esa distribución, la matriz productiva sigue siendo la misma. El petróleo representa el 90% de las entradas del país en moneda extranjera, «Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha sido el banco de la política social de Chávez, en detrimento de las inversiones en el sector. Desde el inicio de su presidencia, en 1998, la producción pasó de unos 3,2 millones de barriles diarios a 2,5 mbd de media en 2012, lo que la Agencia Internacional de Energía (AIE) considera como una fracción del potencial del país que se sienta en las mayores reservas de crudo del planeta». El problema de sustentar una economía que gira en torno al petróleo (gráfico 3), es precisamente la volatilidad de los ingresos petroleros -variaciones en el precio- ante factores externos como las crisis económicas. Esto tiene repercusiones graves en el sector público que depende de los ingresos generados por este producto primario, que también ocurre en otras economías de la región como Chile y Ecuador. «En el lapso 2004-2008, los precios del petróleo experimentaron un crecimiento sin precedentes en la historia económica, especialmente a partir del 2003 y hasta 2008» (Peña, 2010). Sin embargo, la baja en los precios del petróleo a nivel mundial durante 2009 provocaron que la economía venezolana entrara en recesión hasta 2010, para continuar creciendo en los años siguientes.

La deuda que presenta el país con relación al Producto Interno Bruto (PIB) es relativamente baja. Según esta medida, las cifras del FMI sugieren que la deuda pública fue para el año 2011 de 45.5% del PIB. Esta cifra es baja si se considera la deuda que tienen en promedio -82,5% del PIB- los países de la Unión Europea. (gráfico 4)

Por otra parte, la inflación durante el período que va desde 1999 a 2011 es de una inflación moderada de 23.4% y menor que antes del comienzo del gobierno de Chávez. Lo que no implica que estos índices influyen negativamente en la economía individual de las personas, sobre todo en la capacidad deconsumo de los sectores de menos ingresos debido al incremento de precios de los bienes.

La seguridad ciudadana
La inseguridad es considerada por la población como el peor problema que sufre el país, hecho que fue reconocido por Hugo Chávez en el proceso de campaña electoral de 2012. El fallecido presidente había señalado que «entre los diez países con las más altas tasas de homicidios en el mundo, ocho son latinoamericanos. Y Venezuela es uno de ellos, el quinto». De acuerdo al Informe Mundial de Homicidios 2011 de la ONU, la mayor parte los países con la tasa de homicidios más alta -superior a 35 por cada 100 mil personas- son latinoamericanos. Entre ellos se encuentran Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Jamaica y Venezuela. El gobierno admitió en marzo que en 2012 los homicidios subieron a más de 16.000, casi un 14% más que el año anterior, lo que a su vez elevó la tasa de 48 a 54 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Los datos que difieren con los del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) que contabilizó 21.692 asesinatos en 2012, lo que ubicaría la tasa en 73 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Recuadro 2: Mapa mundial de homicidios 2011

Con el fin de enfrentar y disminuir los niveles de inseguridad a los que se encuentran expuestos los venezolanos, se implementó la misión a “A toda Vida Venezuela” que consiste en un plan estructurado sobre seis ejes: prevención integral y convivencia solidaria; fortalecimiento de los órganos de seguridad ciudadana; transformación del sistema judicial penal y creación de mecanismos alternativos de resolución de conflictos; modernización del sistema penitenciario; sistema nacional de atención integral a víctimas de violencia; y creación y socialización de conocimientos para la convivencia y la seguridad ciudadana (Jácome, 2012). Otras medidas apoyan la misión como la creación del cuerpo policial la Guardia del Pueblo, la reorganización del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), la Ley de Desarme y la inversión en nuevas sedes de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES). Entre las principales críticas a las iniciativas gubernamentales que tratan de controlar la violencia y la inseguridad están su cortoplacismo -se han implementado 19 planes de seguridad desde que Chávez se instauró en el poder-, y que en la práctica se continúa privilegiando la represión frente a la prevención, la creciente militarización y la ausencia de programas e iniciativas de amplia cobertura para fomentar una cultura de no violencia (Jácome y Gratius, 2011). Algunos expertos señalan que dentro de las limitaciones que el gobierno enfrenta en el problema de la inseguridad, se encuentra «su negativa a admitir las cifras reales de violencia que existen en el país […] y el manejo ideológico que se hace del problema, lo que le impide diseñar políticas efectivas» (Jácome, 2012).
Soluciones que dependen del futuro político
El escenario económico y la seguridad ciudadana, que son los principales desafíos que tendrá que enfrentar Nicolás Maduro, dependen de la estabilidad del sistema político y de las decisiones que tome el nuevo gobierno en materia económica. «En Venezuela la economía depende de la política. Eso implica que los ajustes económicos y las medidas de austeridad que se debe asumir luego de una devaluación y las consiguientes para ajustar el gasto y asegurar el acceso a alimentos y bienes básicos, dependen de decisiones del gobierno, quien además tiene la fuerza necesaria para imponer sus planes e implementar las acciones que consideran adecuadas»
[1] Herramienta para medir la distribución desigual y cuyo número oscila entre 0 y 1(0 corresponde a la perfecta igualdad y 1 a la perfecta desigualdad).
[1] Las misiones se inscriben en un proceso de inclusión social masivo y acelerado financiado por los ingresos que produce la renta petrolera. Las dos primeras fueron Mercal y Barrio Adentro, una orientada a ofrecer alimentados subsidiados a la población; la otra enfocada en la instalación de mecanismos de atención preventiva en salud a los sectores de más bajos recursos. Poco más tarde se anunciaron las misiones Robinson I y II, destinadas a superar el analfabetismo y ayudar a concluir la educación primaria. Aceleradamente masificadas, estas misiones consiguieron importantes logros hasta 2006. Las misiones de plantearon como un ágil mecanismo de asistencia a los sectores más cercanos al gobierno. Se desarrollaron al margen de la institucionalidad establecida, que no tendría capacidad de respuesta para afrontar los retos de una acción que necesitaba cristalizarse rápidamente en vista de los desafíos electorales del gobierno.
PARA MAS INFORMACIÓN
Aponte, Carlos (2012). La situación social de Venezuela: balance y desafíos. Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Caracas).
Ávila, Patricia y González, Jorge (2010). Venezuela y su socialismos del siglo XXI. Centro de documentación, información y análisis dirección de servicios de investigación y análisis. Subdirección de Política Exterior de México.
Arenas, Nelly (2010). La Venezuela de Hugo Chávez: rentismo, populismo y democracia. Nueva Sociedad, 229, 76-93.
El Diario. 2013. “Escenarios post Chávez: ¿Probabilidad de radicalización en América Latina?. Venezuela, 9 de abril. http://www.eldiariodeguayana.com.ve/politica/17004-escenarios-post-chavez-iprobabilidad-de-radicalizacion-en-america-latina-.html
Instituto Nacional de Estadística (2010). Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Ciudadana.
Jácome. F y Gratius, S (2011). Violencia, Inseguridad y Polarización política en Venezuela.
Jácome, F. Continuidad en Venezuela tras trece años del proyecto chavista en Seguridad regional en América Latina y el Caribe. Anuario 2012.
Peña, Carlos. Populismo, renta petrolera y dinámica macroeconómica. Venezuela, 1999-2009. Universidad Central de Venezuela, 2010.
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