Estrategia de los líderes políticos Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en las próximas elecciones generales de 2023, según la Teoría de Juegos

Sara Mandiá Rubal / @mandia_rub

Introducción
Resta poco más de un año para la próxima cita electoral y se estudia aquí, por medio de
la Teoría de Juegos, el comportamiento que deberán tener los líderes políticos: Yolanda
Díaz Pérez, vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y Economía
Social, y líder de Sumar; y, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, presidente del Gobierno de
España desde junio de 2018 y secretario general del Partido Socialista Obrero Español
(PSOE).
Así pues, a través de la Teoría de Juegos se analiza cuán ventajoso resultaría para cada
uno de los actores políticos, Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, el cooperar, o no, en el
transcurso de la campaña electoral. Donde “cooperar” significa la no alusión a
decisiones erróneas tomadas durante el periodo de gobierno y “no cooperar”
responsabilizar al otro de decisiones, resultados y acciones de cuestionable idoneidad,
en el periodo 2019 a 2023.
Adviértase aquí que, en virtud de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno, los
miembros del Ejecutivo —esto es, presidente, vicepresidentes y ministros— se reúnen
en Consejo de Ministros y en Comisiones Delegadas cuyas deliberaciones son secretas.
Sin embargo, podría considerarse “no cooperar” al hecho de no desmentir, filtrar, o
dejar ver, actitudes del otro que pudiesen contribuir al menoscabo de su fiabilidad para
con su electorado.


Pregunta de investigación
Se sitúa como pregunta central de investigación el conocer qué resultaría más eficaz
para los líderes políticos Yolanda Díaz Pérez y Pedro Sánchez Pérez-Castejón de cara a
no retroceder en el porcentaje de voto y alcanzar, al menos, una coalición de gobierno
tras las elecciones generales de 2023.
El interés de la investigación reside en que ambos actores se disputan el mismo nicho
electoral: el voto de izquierdas o progresista. Libres de corsés, Yolanda Díaz y Pedro
Sánchez deberán conquistar al electorado atrayéndolo hacia su papeleta, sin una ruptura
tal que impida el pacto una vez celebrado los comicios.
Al tiempo que Partido Popular y VOX emplearán, presumiblemente, decisiones
tomadas durante la etapa de gobierno y desacuerdos puntuales entre los miembros del
ejecutivo, para desgastar, movilizar al electorado, y convencer al votante indeciso de
engrosar su arco parlamentario.

Metodología
La Teoría de Juegos es el estudio de modelos matemáticos de interacción estratégica
entre agentes racionales. Tiene aplicaciones en todos los campos de las ciencias
sociales, así como en la lógica, la ciencia de sistemas, y la informática. Se aplica a una
amplia gama de relaciones de comportamiento, y a la toma de decisiones lógicas en
humanos, animales y computadoras.

Desarrollada en sus comienzos como una herramienta para entender el comportamiento
de la economía, la Teoría de Juegos rápidamente se empezó a utilizar en otros campos,
como la biología, sociología, psicología, filosofía o la politología.
Dentro de la Teoría de Juegos encontramos los juegos cooperativos y no cooperativos.
Los juegos cooperativos se enfocan en predecir qué coaliciones se formarán tomando en
cuenta el beneficio de todos los actores implicados.
Un juego no cooperativo es aquel que, independientemente del otro, cada jugador busca
alcanzar su propio lucro. Lo cual no impide que, en algunos casos, dicha toma de
decisiones pueda favorecerlos a todos, como es lo deseado en los juegos cooperativos.
Prediciendo las acciones y los pagos de los jugadores individuales, se analizan los
equilibrios de Nash.
El equilibrio de Nash se refiere a la forma más común de definir la solución de un juego
no cooperativo en el que participan dos o más actores. En un equilibrio de Nash se
supone que cada jugador conoce la estrategia de equilibrio de su oponente, y ningún
jugador puede aumentar su propio pago cambiando unilateralmente su estrategia,
mientras el otro mantenga la suya sin cambios. Diremos entonces que el conjunto actual
de opciones estratégicas constituye un “equilibrio de Nash”.

Contexto del juego
El 31 de diciembre de 2019 Unidas Podemos, con Pablo Iglesias a la cabeza, y el PSOE,
con Pedro Sánchez, firman un acuerdo para conformar, por primera vez en democracia,
un gobierno de coalición. Ambos venían de una repetición electoral en la que Pedro
Sánchez había preferido intentar gobernar con Ciudadanos, antes que con la formación
morada.
Se conformaba, en diciembre de 2019, un gobierno en minoría necesitado del apoyo de
PNV (6), Más País (2), Compromís (1), Nueva Canarias (1), Teruel Existe (1) y BNG
(1); en el que el PSOE se aseguraba la elección de su candidato con 167 votos a favor y
164 en contra.
A los dos meses de mandato en coalición, llega un nuevo virus a España de origen
desconocido que lleva al país a un confinamiento estricto, parando la economía
española hasta junio de 2020. La gestión de la pandemia se alargó hasta finales de 2021,
con dos dosis de la vacuna COVID-19 inoculadas a más del 80% de la población diana.
El gobierno de coalición encara, en el segundo trimestre de 2021, la segunda parte de su
legislatura, y lo hace con la vista puesta en superar la crisis sanitaria y empezar a
desarrollar su programa con el apoyo de los fondos de recuperación europeos
NextGeneration.
Pedro Sánchez exterioriza este cambio con una remodelación del ejecutivo que afecta a
ocho de sus ministros. Unidas Podemos, por su parte, perderá a su líder el 4 de mayo de
2021 en favor de la ahora vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz Pérez.

En 2022 estalla la guerra de Putin contra Ucrania y el ejecutivo debe tomar partido en el
envío de armas. De nuevo, en esta coyuntura, se ponen de manifiesto las discrepancias
internas entre los miembros del gobierno de coalición.
Paralelamente, las tensiones energéticas se suceden con el veto al gas ruso, hay tensión
en el gremio del trasporte por carretera, y la inflación sube hasta máximos históricos.
En marzo de 2022 se conoce, por una filtración del gobierno marroquí, el envío de una
carta firmada por el presidente de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, al Rey de
Marruecos, reconociendo su autoridad sobre el Shara. A partir de este momento las
tensiones se suceden, en una acción que deja a la excolonia española más cerca del
gobierno marroquí y más lejos del prometido referéndum.
Por esta y otras cuestiones, se han ido conociendo discrepancias internas dentro del
actual ejecutivo. Al punto de no ser unánime la posición, ni tan siquiera dentro de la
coalición electoral que lo compone.
Así, por ejemplo, Yolanda Díaz presentaba oficialmente, en julio de 2022, ‘Sumar’: un
proceso de escucha tras el cual decidirá si se presenta a las próximas elecciones
generales. En todo caso, deja atrás la coalición electoral de partidos políticos de
izquierdas, Unidas Podemos, a través de la cual ésta integra el Gobierno en la
actualidad.


De ’Unidas Podemos’ a ‘Sumar’
Registrada el 15 de marzo de 2019 ante la Junta Electoral Central, Unidas Podemos
surge de la unión de los partidos políticos Podemos, Izquierda Unida y Equo, para
concurrir a las elecciones generales de abril de 2019 —la modificación de género
gramatical, respecto a la coalición ‘Unidos Podemos’, se atribuye a un reconocimiento
de la lucha feminista —, siendo el líder de la coalición electoral Pablo Iglesias Turrión.
El 20 de marzo de 2021, Pablo Iglesias deja la vicepresidencia del gobierno para
presentarse como candidato de Unidas Podemos a presidir la Comunidad de Madrid. En
unas elecciones anticipadas convocadas por la líder del Partido Popular en Madrid,
Isabel Díaz Ayuso, a las que la izquierda acude muy dividida.
El 4 de mayo y tras los resultados de las elecciones autonómicas, en las que Unidas
Podemos obtiene tan solo tres escaños más que en 2019 a pesar de incorporar al líder
estatal como cabeza de lista, Iglesias anuncia que abandona la política y con ella todos
los cargos institucionales y de representación.
Sin consulta previa a las bases, Pablo Iglesias designa como sucesora de la coalición a
Yolanda Díaz, por aquel entonces ministra de Trabajo y Economía Social.
La ahora vicepresidenta segunda del Gobierno, candidata en la coalición por Izquierda
Unida, arrancaba 2022 anunciando su voluntad de acudir a las próximas elecciones
generales de 2023 con un proyecto propio al que denomina ‘Sumar’.

Aunque Podemos inicialmente no había confirmado su voluntad de apoyar a Díaz
—como sí lo han hecho otros partidos— en el Curso de Verano de la Universidad
Complutense de Madrid, Lilith Verstrynge, secretaria de Organización de Unidas
Podemos, afirmaba que necesitan un «proyecto político como Sumar» y que su
candidata debe ser Yolanda Díaz.
Pese al shock inicial, parece que Podemos ha entendido que con la marcha de Díaz
quedan seriamente tocados: sin un líder fuerte y sin la consabida implementación en los
territorios municipal y autonómico 1 .


Identificación de los actores y sus preferencias en el juego
Pedro Sánchez Pérez-Castejón y el PSOE:

Su primera preferencia es gobernar en solitario. Lograr aunar, bajo estas siglas, los
votantes de izquierdas y de centro-izquierda. Lo que en el juego se traduce en cooperar
con Yolanda Díaz, si la líder de Sumar coopera con el PSOE. Trasmitiendo una idea de
izquierda amable, moderada y posibilista.
Su segunda preferencia sería gobernar en minoría con apoyos puntales, lo que en el
juego se traduce en distinguirse por la izquierda. Es decir, no cooperar con Yolanda
Díaz, recordando al electorado las discrepancias que ha habido con los socios de
gobierno.
Su tercera preferencia sería gobernar con partidos estatalistas, moderados,
preferentemente de centro, como pudo ser en su momento la primera etapa de
Ciudadanos. Ahora, sin embargo, la alternativa más segura parece ser la continuación de
un gobierno en coalición con la opción de Díaz, Sumar. En este caso, y a los efectos del
juego, Pedro Sánchez cooperaría con Yolanda Díaz en campaña electoral.
Su cuarta y última preferencia sería un gobierno de concentración con el Partido
Popular. En cuyo caso, al PSOE no le importaría no cooperar con la actual
vicepresidenta y ministra de Trabajo, si con ello lograra sumar votantes a sus filas.
Yolanda Díaz Pérez y la presumible coalición electoral Sumar:

Su primera preferencia es gobernar en solitario. Lograr aunar, bajo esta coalición
electoral, los votos de la izquierda y, con ellos, llegar a la mayoría requerida para
gobernar la XV Legislatura del Gobierno de España. En este caso, y a los efectos del
juego, no le importaría a Yolanda Díaz granjearse un enemigo en campaña, si ello le
facilita la entrada de nuevos votantes y del voto indeciso de la izquierda.
Su segunda preferencia sería obtener una representación semejante a la del PSOE y
poder gobernar en coalición con éste, en pie de igualdad. En este caso, Yolanda Díaz
cooperaría con Pedro Sánchez en campaña electoral para posibilitar un pronto acuerdo
de gobierno, una vez trascurrido el proceso electoral.
Su tercera preferencia sería obtener una representación que le permitiera gobernar en
minoría con el apoyo puntual y de investidura de partidos nacionalistas y regionalistas.
Lo que en el juego se traduce en distinguirse del Partido Socialista en campaña,
ejemplificando su falta de compromiso con la clase media y su alineamiento con los
mercados. Al tiempo que se destacaran las medidas de izquierdas llevadas a cabo hasta
la fecha gracias a la presencia de la actual ministra de Trabajo en el ejecutivo.
Capitalizando, para sí: la subida del salario mínimo, el acuerdo entre sindicatos y CEOE
para la reforma laboral, los ERTES en pandemia —convirtiendo esta figura en una
herramienta estructural y permanente del sistema de protección del empleo—, medidas
de igualdad y equidad retributiva, y/o el real decreto ley que regula el trabajo a
distancia.
Su cuarta y última preferencia sería prestar apoyos puntuales y de investidura a un
Partido Socialista fuerte que gobernara en solitaria minoría. Siempre es mejor
presentarse ante la sociedad como un partido relevante —que cuenta para las decisiones
importantes—, que ser relegado a una suerte de partido minoritario cuya opinión los
medios descuentan. A los efectos del juego, esto se traduciría en un Sumar cooperador
con el PSOE en campaña electoral, para facilitar así un clima de acuerdo que haga a
Pedro Sánchez contar con Yolanda Díaz como socia preferente ante la necesidad.

Construcción del juego

Opción (4,3) COOPERAR AMBOS
Durante el periodo de campaña, en noviembre de 2023, Yolanda Díaz y Pedro Sánchez
pueden acordar cooperar, no realizando críticas al otro sobre su papel en la coalición de gobierno. Entendiendo que ambos partidos deben proponer mejoras a futuro,
reivindicando sin fisuras la gestión realizada en la legislatura 2019-2023.
El problema de esta estrategia sería que el electorado perciba mal el cierre de filas. La
no distinción, como indeseable, y que rechace frontalmente la continuidad del tándem
Díaz/Sánchez, perdiendo votos ambos partidos en detrimento de la abstención. De la
oposición, en última instancia.


Opción (3,4) NO COOPERAR NINGUNO
Durante el periodo de campaña, PSOE y Sumar pueden apostar por distinguirse desde el
inicio para ganarse el favor del voto de izquierdas, incidiendo en las discrepancias que
públicamente han trascendido del gobierno en coalición.
El problema aquí sería que calara el mensaje del desgobierno, y ello contribuyese a la
desmovilización del votante de izquierdas, entregando el Gobierno a la oposición.


Opción (2,2) COOPERA PSOE – NO COOPERA SUMAR
Pedro Sánchez puede entender que Yolanda Díaz va a defender la gestión realizada en
el Gobierno de coalición porque ello la situaría como líder de una opción posibilista y a
su proyecto como partido de Estado.
Entendiendo el Partido Socialista que ambos van a cooperar, y sin esperar que la opción
de Díaz vaya a profundizar en las decisiones impopulares y problemáticas surgidas en
los últimos años del Gobierno, el PSOE podría encontrar como problemática la falta de
tiempo para revertir la situación y el giro de Díaz.
Para Sumar, que su cabeza de lista sea percibida como copartícipe de un gobierno
inactivo, puede traer el infortunio a sus filas; al igual que la ventura, si la lideresa
lograra reivindicar y distinguir su labor de la de los restantes 22 ministros.


Opción (1,1) COOPERA SUMAR – NO COOPERA EL PSOE
Yolanda Díaz puede entender que Pedro Sánchez defenderá la gestión realizada por el
conjunto de un gobierno que lidera, mientras que Sánchez decide llegar sólo a la línea
de meta como candidato por la izquierda.
El problema aquí sería el mismo de la situación anterior, pero intercambiando los roles.
Ahora es Yolanda Díaz la que no tendría tiempo de revertir la situación, viendo minada
la moral de su electorado en la última parte de la campaña; al tiempo que Pedro Sánchez
perdería credibilidad como líder, si reconoce desmanes en su gestión de gobierno.

Equilibrio de Nash
En el juego hay dos equilibrios de Nash. Podríamos decir que el equilibrio de Nash está,
por tanto, en un cierto grado de cooperación: sea para no atacar ninguno o para atacarse
mutuamente.

No cooperar ninguno y cooperar ambos, es la mejor estrategia tanto para la opción de
Yolanda Díaz —Sumar— como para la de Pedro Sánchez y el PSOE. Constituyendo su
primera y segunda opción, respectivamente.
Puesto que en el equilibro de Nash, cada jugador ejecuta el mejor movimiento dados los
movimientos de los demás participantes, (C,C) y (NC,NC) son puntos en los que
cambiar unilateralmente de opción implicaría empeorar la circunstancia particular.

Fin del juego. Conclusión
A la luz de lo estudiado, a la pregunta de investigación, qué resulta más eficaz para los
líderes políticos Yolanda Díaz Pérez y Pedro Sánchez Pérez-Castejón —representando
las opciones Sumar y PSOE, respectivamente— de cara a no retroceder en el porcentaje
de voto y alcanzar, al menos, una coalición de gobierno tras las elecciones generales de
2023, la respuesta sería que ambos cooperen.
Esto es, si PSOE y Sumar optan por la solución subóptima, para ninguno de los dos es
mal negocio. Pagarían por pequeños errores, pero no se trasladaría a la opinión pública
una sensación de crispación que la desmovilice de cara al voto progresista.
Para el PSOE lo óptimo sería la opción (4,3) o la cooperación entre ambos. Puesto que
ha presidido el gobierno anterior y le interesa trasladar a la ciudadanía que ha sido una
legislatura provechosa para continuar ahora con las políticas expansionistas.
Para Yolanda Díaz y Sumar, la opción óptima sería (3,4) o no cooperar ninguno.
Pudiendo distinguirse del statu quo por la izquierda que representaría el PSOE.
Lo que no interesa a ninguno de los actores, de acuerdo a las preferencias establecidas y
a los pagos calculados, sería que uno no cooperase y el otro sí. Resultando, ofendedor y
ofendido, más perjudicados que beneficiados.
El menoscabo que pudiera devenir de cooperar ambos o no hacerlo ninguno se puede
neutralizar con una campaña electoral en positivo, en la que ambas opciones dejen claro
que se han sentado las bases para adoptar, en esta próxima legislatura, decisiones de
calado —y que ellos son los actores capaces de abordarlas—.
Se entiende que habrá una calma tensa en la que Yolanda Díaz podría ser el primer actor
en optar por la no cooperación, en vista de su mayor pago. En cuyo caso, el Partido
Socialista de Pedro Sánchez deberá responder rápidamente a la estrategia para situarse
en un nuevo equilibro —no necesariamente desfavorable a ninguno de los dos actores—

en el que, recabando votos por separado, puedan acercarse por igual al votante de
izquierdas y de centro.
El límite de esta investigación se encuentra precisamente al final de la estrategia,
cuando uno y otro obtengan su resultado electoral final y decidan con qué actor o
actores deben pactar para seguir incrementando su pago.

Principales referencias bibliográficas
Cabrales Goitia, Antonio (2011). “Nash y la Teoría de Juegos”. Revista española de
física, v. 29, n. 3, págs. 52-54
Colomer, Josep María (1999). El arte de la manipulación política. Anagrama. ISBN:
84-339-1339-5
Martínez Rey, María Aurora; Martínez Rey, María Mercedes (2011). “Teoría de
juegos”. Manual formativo de ACTA, n. 60, págs. 99-114

Sara Mandiá Rubal. Diplomada en Biblioteconomía y Documentación en 2011, y
Licenciada en Documentación en 2013, en ambos casos por la Universidade da Coruña,
obtiene, con esta última titulación, los reconocimientos académicos “Premio á
Excelencia Académica Universidade da Coruña” y “Premio Fin de Carreira da
Comunidade Autónoma de Galicia”.
Máster en Comunicación e Industrias Creativas por la Universidad de Santiago de
Compostela, obtiene el Grado de Doctora en Comunicación e Información
Contemporánea en esta misma Universidad, con el reconocimiento de la Real Academia
de Doctores de España “Premio en Investigación Fundación Ignacio Larramendi”.
Actualmente, realiza un Máster de Análisis Político en la Universidad Complutense de
Madrid.
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4452-2751

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